martes, 7 de julio de 2009

EL CANTAR DE MIO CID


“El cantar de mio Cid” se considera como un cantar de gesta, de autor anónimo, que narra en lengua romance las hazañas del caballero Rodrigo Díaz de Vivar. Se trata de la primera obra de narrativa extensa de la literatura castellana.
El poema consta de 3,735 versos anisosilábicos, es decir, de una extensión métrica variable, aunque son predominantes los de 14 y los de 16 sílabas. Sin que sean separados por estrofas, los versos de El Cantar de Mio Cid se agrupan en dos series de versos con una misma rima asonante.
Escrito en lengua Romance, esta primera obra se cree que fue redactada hacia el año 1200 sin precisar exactitud.
A esta obra, que es la más antigua conocida de la Literatura Castellana siguieron una serie de narraciones épicas entre las que destacan: Las Mocedades de Rodrigo que data de 1360 y cuenta con 1700 versos y el “Cantar de Roncesvalles” escrito hacia 1270 y del cual solo se conserva un fragmento.
El Cantar de Mio Cid se compone de tres series: la primera es el cantar del destierro, que narra las aventuras de Rodrigo Díaz de Vivar después de ser desterrado por el rey y transcurre desde el primer verso hasta el verso 1085, la segunda serie que va del verso 1086 hasta el 2277 es el cantar de las bodas y la tercera llamada cantar de la afrenta de Corpes comprende del verso 2278 al 3735.
Del Cantar de Mio Cid se ha perdido la primera hoja del manuscrito, por lo que el texto conocido inicia diciendo:


De los sos ojos

tan fuerte mientre lorando tornava la cabeça

y estava los catando. Vio puertas abiertas

e uços sin cañados,alcandaras vazias

sin pielles e sin mantos

e sin falcones e sin adtores mudados.Sospiro mio Çid

ca mucho avie grandes cuidados.Ffablo mio Çid

bien e tan mesurado:«¡Grado a ti, señor, padre que estas en alto!¡Esto me an buelto mios enemigos malos!»
Alli pienssan de aguijar,

alli sueltan las riendas. A la exida de Bivar

ovieron la corneja diestra y entrando a Burgos

ovieron la siniestra. Meçio mio Çid los ombros

y engrameo la tiesta: «¡Albriçia, Albar Ffañez,

ca echados somos de tierra!»


Mio Çid Ruy Diaz

por Burgos entrava,
en su compaña

.lx. pendones levava.
Exien lo ver

mugieres e varones,
burgeses e burgesas

por las finiestras son,plorando de los ojos

tanto avien el dolor.

De las sus bocas

todos dizian una razon:
«¡Dios, que buen vassalo!

¡Si oviesse buen señor!»

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